jueves, enero 24, 2008

Heath Ledger


Muere el actor Heat Ledger. Con 28 años el loko que hizo el secreto en la montaña, cuatro plumas, el patriota, corazón de caballero y apareció también en Ned Kelly.

Ahora él me cae mucho mejor.

Se dice que tomó unas pastillas, y por mucho que podamos especular de qué significa o se entiende por “pastillas” el hecho es que se mató; si el loko se mata por accidente o no acá da lo mismo porque fue él quien se produjo la muerte, accidental o voluntaria, no fue ninguna fuerza extraña que conjugara al azar o el destino que pudiese mover o dirigir sus actos, dios incluso.

Nunca me llamaron mucho la atención sus películas, como que incluso no me caía muy bien, pero estaba lejos de caerme mal. Se percibía que igual al loko si le iba bien en la industria, uno podía entender fácilmente el porqué. Podemos por ejemplo evocar momentos de un profundo compromiso a sus personajes; cómo se ríe después de escapar de la cárcel en pleno desierto con su compañero Abou Fatma, o la sed de venganza por el villano Col. William Tavington (villano increible, pudiendo observar una gran actuación, el sentir sus ataques de repudio y desprecio).

Pero lo que más me sorprende, y que merece mi respeto y admiración, es que muere justo después de interpretar su último personaje, The Joker en The Dark Knight -que aún no se estrena.

Papel que Jack Nicholson registró como a uno de los mejores villanos del cine y que él mismo habría mostrado cierto enfado al no haberle concedido la oportunidad de repetirse el plato, eso lo sabían los weones que hicieron el casting, nosotros lo sabíamos, el maldito de Heat Ledger lo sabía.

Pensaba que Heat sería uno de esos actores que pasan sin mucho que recordar por el cine, un tipo sencillo sin glorias que honrar ni derrotas que lamentar. Y que le dieran el papel de The Joker me coloca en un estado de sorpresa y duda (más duda que sorpresa), por lo que significa actuar la locura, el desenfreno, la pura maldad, y la burla extrema de la existencia misma, tarea que a veces requiere necesariamente de un conocimiento y examen en los terrenos de la oscuridad más profunda de nosotros mismos, y en consecuencia el ser dignos de hospedarse en el insano Arkham Asylum, lugar que incluso el mismo Joker se refiere como su segundo hogar del que puede entrar y salir cuando quiera. Heat tiena la tarea de huir de lo simple que han sido sus actuaciones, cuta màxima expresión se puede encontrar en la típica escena donde con una mirada decisiva apunta de frente a la cámara detrás de alguna pistola antigua, ahora debe hacer algo extraordiario; mirar a través del cuerpo de un ser poseído por todas las emociones simultáneamente. Pero el hecho es que cuando vea esa película dedicaré gratos momentos de observación en el trabajo físico que debió hacer para compenetrarse en el personaje, como una extensión de su alma, que la locura llevó, al máximo estilo y el genio criminal, por tierras oscuras como donde cayó Bruce Wayne y que el trauma convirtió en Batman. Un villano que puede ver a través de la sombra del murciélago, ver a través del halo en la habitación de la razón hacia la amplitud infinita de lo abstracto, en que a diferencia del murciélago, no habita ninguna norma ni ley ni culpa, de quien se burla apodándolo de diferentes maneras (han notado como entrecierra los ojos Batman cada vez que le lanza un chiste, como si le doliera más de lo que quisiera).

Pocas veces ocurre algo así, que aunque una lamentable pérdida de lo que hubiera sido Heat Ledger después su actuación como The Joker, tenemos la oportunidad de ver lo que puede ser una autopsia psicológica encarnada en una mente criminal.

Me pregunto si mientras moría se acordó de nuestro bien querido Guasón, al menos cuando le veo me acordaré de él con una amplia sonrisa, una muy amplia y burlesca sonrisa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oye, si aún estoy aquí cuando se estrene esa película te invito a verla, si ahora él te cae mucho mejor no sería mala idea verla, será extraño saber que aquel que ves ya está muerto pero tan vivo al mismo tiempo... ya llegó mi paciente, mi dolor no termina auchs :(, ya un beso orwa!!!

Carlos dijo...

Sí, me cae bien. y parece que prefiero ir a verlo solo, para sentir la locura más cerca