sábado, diciembre 15, 2007

La nueva vida (1)


Estaba en una de esas casas extrañas. De esas que podría haber sido tu casa en cualquier momento de tu vida, sólo que naciste en otra parte. Con una de esas personas que, si fuiste hijo único podrías acercarte a la sensación instantánea de saber que, quien está ahí contigo es tu hermana perdida.
Ahí estaba, cuando de pronto me doy cuenta de que era feliz; porque todas las personas que ya no te acompañan, que se diluyen en el paralelismo lógico de haber nacido en otra parte, ya no duelen tanto, porque has acalarado la verdad que te liberó de la se creía era la vida verdadera, y porque esta hermana siempre estuvo ahí, en esta vida y en la otra, para escuchar y hacerte saber que todo lo que viviste y todo lo que dijiste en delirios, fue real y no un sueño.
Fuí feliz, por que la vida sonríe cuando estas en el infierno, o no?
Y bueno, como en toda historia en dónde alguien necesariamente muere (sea la némesis, el héroe, o a lo menos un negro) mi hermana se va, se va de ésa obligación de encontrarnos en ese lugar común, de esos lugares a los que en tu vida nunca hubieras ido, sino por cierta obligación, azar o fortuna. 
Pero bueno, Shinichiro Watanabe me enseñó que las cosas tienen que acabar alguna vez - en su mundo, a los 26 episodios-, asi que esto tiene que acabar y estas palabras también.

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